DOS FUEGOS- Parte 2

(Segunda parte de este artículo EXCLUSIVO para nuestro querido blog)


... a este segundo fuego lo llamaremos EL FUEGO DE LOS 80

En Hechos 7: 30 dice que pasados sus 40 años, es decir a sus 80, Moisés se topa con otro fuego: "temblando, no se atrevía a mirar". Me imagino a Moisés mientras Dios lo llamaba desde la zarza preguntándose: "Qué me dirá Dios?", "Este es el Dios al que le fallé, el Dios que me rechazó como libertador de mi pueblo..." pero Dios, lejos de rechazarlo, le dice "Quitate el calzado de tus pies porque el lugar en que estás es tierra santa"; o sea: No me importa que hayas caminado con esas sandalias hasta el día de hoy, estás en un lugar de nuevos comienzos para tu vida!
Leyendo el relato desde Éxodo, encontramos algunas características de este segundo fuego:

- Dios es el que toma la iniciativa.
- Sentimos que no tenemos lo que hace falta para el desafío (nos escondemos detrás de excusas: "soy viejo", "no sé hablar", "no me van a creer", y Dios se encarga de tirar a tierra nuestras excusas).
- Nuestra autosuficiencia es quebrada.
- Nos vemos obligados a depender de Dios y obedecer sus estrategias "locas".
- Nuestra percepción del favor (aprobación) de Dios ya no depende de nuestros logros.
Y el resumen de la charla de Dios con Moisés es: MOISÉS, LO ÚNICO QUE NECESITAS SABER PARA IR A EGIPTO ES QUE YO ESTOY CONTIGO. PUNTO. Y ahi va Moisés con sus 80 años a Egipto con el fuego de esta convicción...

El mismo patrón de los dos fuegos lo vemos en la vida de Saulo de Tarso: un joven que creía estar haciendo lo correcto movido por la pasión, el celo, y ahi está con su Primer fuego yendo de acá para allá persiguiendo a la iglesia, y Dios lo mira y dice: "Tiene vocación misionera!" (Dios tiene una capacidad increíble de ver cosas buenas detrás de las malas en nosotros y de transformar nuestros defectos en dones). Y le sale al encuentro camino a Damasco. Y ya saben... a partir de ahí ese muchacho celoso pero mal orientado se transforma en el apóstol Pablo.

La pregunta hoy es: ¿Están ardiendo estos dos fuegos en tu corazón? Está ardiendo el Primer fuego, el de tu celo por Dios, el de tu deseo profundo por agradarlo y servirlo? Y si este fuego ya está encendido en ti, ¿Estás permitiendo que Dios encienda un Segundo fuego, un fuego MUCHÍSIMO MÁS GRANDE que esos deseos de amarlo y servirlo?

Cuando David promediaba sus 40 años, un día estaba paseándose por su palacio y de repente se enciende un fuego en su corazón, una molestia, una indignación santa. Mira su palacio de cedro y oro, y por la ventana ve la carpa humilde que albergaba el arca del pacto y dice "Cómo puede ser!? VOY A DEMOSTRARLE A DIOS CUÁNTO LO AMO!". Y estaba allí orgulloso con su noble motivación. Y llama al profeta Natán, y éste le dice ¡Dale! Y ahi va David con su sueño y el ardor interior que éste le generaba... y Dios le sale al encuentro con otro fuego: FANTÁSTICO QUE TENGAS ESE DESEO EN TU CORAZÓN, PERO "¿TÚ ME VAS A EDIFICAR CASA?", "¿ TÚ QUIERES DEMOSTRARME CUÁNTO ME AMAS?" YO SOY QUIEN TE VA A DEMOSTRAR CUÁNTO TE AMO! YO VOY A EDIFICARTE CASA A TI! David, quieres demostrarme cuánto me amas? Moisés, quieres emprender esta gran proeza libertadora? Saulo, quieres agradarme con tu celo y radicalidad?
Lo que Dios quiere decirnos es: YO ESTOY MUCHÍSIMO MÁS INTERESADO QUE USTEDES EN QUE CUMPLAN SUS SUEÑOS, SUS PROEZAS Y SUS INICIATIVAS, PORQUE EN REALIDAD ESOS SUEÑOS NO SON DE USTEDES; SON MÍOS, ¡AHI LES VA EL VERDADERO FUEGO!

... (Finaliza en el siguiente post)

SEBASTIAN GOLLUSCIO
Pastor- Cantautor



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