DOS FUEGOS- Parte 1

Como en otras ocasiones, les comparto algo que tiene mucho que ver conmigo, pero mejor escrito por gente que sabe más del tema -Muchas gracias querido Sebastián por la confianza, U know-. He aqui la primera parte de este artículo EXCLUSIVO para mis queridos bloggers desde aqui:


Quiero hablarte acerca de DOS FUEGOS que entiendo Dios desea avivar en nuestro corazón.
Al primer fuego lo llamaremos EL FUEGO DE LOS 40


En Hechos 7: 23 (hablando de Moisés) dice que cuando cumplió la edad de 40 años "le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel". La NVI dice aqui "tuvo el deseo", es decir algo se despertó, algo se encendió en él. Conocemos la historia de Moisés; criado como un egipcio de elite en el palacio de Faraón, por sus venas corría sangre hebrea. Y él conocía su verdadera ascendencia y veía como sus compatriotas eran oprimidos en Egipto.Regresando al pasaje, cuando Moisés cumplió 40 años, se encendió un fuego dentro suyo. Esa motivación, ese deseo subyacente por ayudar a sus hermanos hebreos que había ido creciendo durante su juventud, de repente se despierta, se activa. Un fuego se enciende dentro de él.

Podemos llamar a este fuego: "El fuego del llamado de Dios" o "El fuego de nuestro destino como hombres". En el caso de Moisés se encendió a los 40 años, en otros se enciende a los 15, a los 20, a los 30; el punto es que hay un momento de nuestra vida en el que algo se enciende en nuestro corazón; en la película "El Último Samurai" hay una escena en la que uno de los protagonistas dice: "Los hombres hacen lo que pueden con su vida hasta que su destino les es revelado", es decir hasta que se enciende esa llama que en el caso de Moisés sucedió a los 40 años.
Podemos llamarlo también "El fuego de una insatisfacción santa" o "El fuego de algo que no podemos tolerar" (algo que nos genera inquietud, como un 'ahhh' en el vientre). En el caso de Moisés, ese algo, ese 'ahhh' era el sufrimiento de sus hermanos hebreos, como para nosotros puede ser el ver los chicos de la calle, los enfermos terminales en los hospitales, la esclavitud sexual, las familias en crisis, guiar a la gente a experimentar la manifiesta presencia de Dios, etc. También podemos llamarlo "El fuego del deseo de trascender", de servir a nuestra generación haciendo un aporte significativo.


Algunas características de este fuego:
- Tenemos una idea aún vaga del "qué" hacer, pero no sabemos bien el "cómo".
- Confiamos en nuestra capacidad más que en Dios.
- Nos controlan la impaciencia y el temor.
- Nuestra motivación todavía es difusa (nos pueden mover el egoísmo o el deseo de reconocimiento).
- A veces creemos que nuestros logros determinan la aprobación de Dios.

Y ahi está Moisés con ese ardor en su corazón, todavía difuso pero genuino. Y siente que él puede ayudar a sus compatriotas, pero todo todavía está 'mezclado' en su interior. Y lejos de lograrlo fracasa, y siente que falló en su misión. Y huye frustrado al desierto, donde pasa 40 años. Y ese fuego lentamente se va apagando; pero Dios se encarga de encender un segundo fuego... (continúa)


SEBASTIAN GOLLUSCIO
Pastor- Cantautor


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