DE QUÉ SE TRATA
Es que no tiene tanto que ver con lo que soy o lo que tengo, sino que se trata de lo que Él es y lo que tiene de Él en mí.
Y no tiene que ver con todo lo que quiera y pueda hacer para agradarle o conseguir su favor, se trata de aceptar que el mismo ya está, no tengo que buscarlo.
No tiene que ver con cuántos idiomas hable ni con las estrategias para buscar más y más lectores ávidos; tiene que ver con desarrollar lo que ya llevo dentro.
Aqui hago un parèntesis: no estoy hablando de la ignorancia a sabiendas ni de esa subcultura donde muchos nos criamos con ese concepto de "Dios suple tooodo lo que no aprendí (que tácitamente era 'lo que me negué o me negaron a aprender')", no, no hablo de eso.
Es más simple.
Es necesario aprovechar todas las oportunidades para aprender -aprender o aprehender, creo que también cabe aquí el término-. Saber y seguir ejercitando el aprendizaje nos hacen crecer, despertar en varios sentidos, conocer, sentar bases, tomar elementos para forjar nuestra identidad, sembrar principios. Es imprescindible el ejercicio constante del aprendizaje. Es enriquecedor de tal manera que es un punto de partida para cambiar la vida.
Pero no lo es todo.
Y todo lo que pueda hacer, todo el esfuerzo y el sacrificio por mas costoso o doloroso que sean, no tienen que ver con tener más o menos la presencia de Dios en mi vida.
Claro, es posible que sea más fácil comprar la rosa del éxito, conseguir la agenda de contactos de Hussein o incluso estudiar arquelogía que rendir el corazón ante la supremacía de Dios. He ahí lo difícil.
De modo que tiene que ver con el corazón. Simplemente con lo que Él es en mí. Y su presencia se reflejará en toda mi vida, 24 horas todo el año sin feriados, no tiene que ver con las reuniones del fin de semana.
Los frutos de mi relación personal con Dios fluyen, se reflejan, destilan en mis acciones, en lo cotidiano, en mis relaciones interpersonales. El levantar las manos y el cantar en voz alta que amo a Dios y que quiero su presencia son formas de expresión, pero la médula de todo es mi vida, mi propio corazón.
Debe ser porque pienso así que deseo que no exista la clasificación "música cristiana" y quiero "música hecha por cristianos", y sueño con que nos conozcan más por la calidad de nuestra música que por "el género A&A". A veces uno ha cantado tantas canciones de amor a Dios en voz alta y delante de todos, y en realidad el corazón estaba en otro lado... o sólo sería yo? Ja.
Definitivamente se trata de la vida. O más bien: de esto se trata la vida.
