DIA DEL AMIGO
Tu amistad de veras es valiosa como una especie de tesoro para mí.
Claro, con el pie en el acelerador de lo cotidiano no nos damos cuenta hasta que llegan estos días cursis y al pensar en los amigos se nos instala una sonrisa desde adentro.
La vida seguro no sería la misma sin tu risa, sin tus “seudo chistes”, sin tus broncas y quejas, tus delirios y persecutas.
Las charlas no serían las mismas, mi corazón no sería el mismo.
Es verdad, a veces parece que nos turnamos para tenernos paciencia… pero es que así es la amistad, tiene que ver con aceptarse, esperar, soportarnos… tiene que ver con crecer con buenos y malos momentos. Con sol y nublados. Con algún cruce, alguna desafinada y vuelta a afinar. A veces con ganas de escucharte, a veces con ganas de que me escuches. A veces necesitando tu consejo y a veces sólo un abrazo o algo así. A veces se nos llenan los ojos de lágrimas y a veces no damos más de risa. Es esta vida, y es bueno que estés en ella.
Y gracias por dejarme entrar a tu corazón, por confiar en mí, por esperar que se me pase el raye o esperarme con mis horarios alocados y todo. Gracias por extrañarme en la distancia, por llamarme desde lejos, por poder contar con vos siempre. Por saber que aunque estés con cien cosas si te necesito vas a venir ahora o mañana, o pasado… pero vas a venir.
Dios me sorprendió con tu amistad incondicional, sincera, especial. Como la Chilindrina y el Chavo, Rachel y Monica, el capitán y Mr. Spock o Pinky y Cerebro, como David y Jonatan, como tú o vos y yo.
Por eso y entre tantas cosas:
Por los abrazos sinceros,
Por los chistes malos sólo para hacerme sonreír,
Por aceptarme como soy,
Por confiar,
Por los capuccinos cargados y largas charlas con Colaiuta sonando de fondo,
Por dedicarme la cancion de Juanes,
Por tus sonrisas,
Por los mates,
Por las siestas de verano delante del ventilador,
Por valorar lo que hago,
Por querer lo mejor para mí,
Por dedicarme “amiga mía” de Sanz,
Por tu silencio aunque no entiendas lo que me pasa, gracias por no querer arreglarme la vida si no te lo pido,
Por cuidar mis discos como si fuesen tuyos,
Por defenderme,
Por las “charlongas”,
Por las galletitas de agua y los fideos con queso compartidos,
Por las trasnoches,
Por los lunes a la mañana… te acordás?
Por confiar de nuevo,
Y de nuevo,
Y seguir confiando,
Por extrañarme y decírmelo,
Por indagarme para saber si de veras estoy bien a veces,
Por hablarme y aconsejarme,
O por callarte,
Por hacerme parte de tu vida,
Por tu hermandad, amistad…
Feliz Día.
Claro, con el pie en el acelerador de lo cotidiano no nos damos cuenta hasta que llegan estos días cursis y al pensar en los amigos se nos instala una sonrisa desde adentro.
La vida seguro no sería la misma sin tu risa, sin tus “seudo chistes”, sin tus broncas y quejas, tus delirios y persecutas.
Las charlas no serían las mismas, mi corazón no sería el mismo.
Es verdad, a veces parece que nos turnamos para tenernos paciencia… pero es que así es la amistad, tiene que ver con aceptarse, esperar, soportarnos… tiene que ver con crecer con buenos y malos momentos. Con sol y nublados. Con algún cruce, alguna desafinada y vuelta a afinar. A veces con ganas de escucharte, a veces con ganas de que me escuches. A veces necesitando tu consejo y a veces sólo un abrazo o algo así. A veces se nos llenan los ojos de lágrimas y a veces no damos más de risa. Es esta vida, y es bueno que estés en ella.
Y gracias por dejarme entrar a tu corazón, por confiar en mí, por esperar que se me pase el raye o esperarme con mis horarios alocados y todo. Gracias por extrañarme en la distancia, por llamarme desde lejos, por poder contar con vos siempre. Por saber que aunque estés con cien cosas si te necesito vas a venir ahora o mañana, o pasado… pero vas a venir.
Dios me sorprendió con tu amistad incondicional, sincera, especial. Como la Chilindrina y el Chavo, Rachel y Monica, el capitán y Mr. Spock o Pinky y Cerebro, como David y Jonatan, como tú o vos y yo.
Por eso y entre tantas cosas:
Por los abrazos sinceros,
Por los chistes malos sólo para hacerme sonreír,
Por aceptarme como soy,
Por confiar,
Por los capuccinos cargados y largas charlas con Colaiuta sonando de fondo,
Por dedicarme la cancion de Juanes,
Por tus sonrisas,
Por los mates,
Por las siestas de verano delante del ventilador,
Por valorar lo que hago,
Por querer lo mejor para mí,
Por dedicarme “amiga mía” de Sanz,
Por tu silencio aunque no entiendas lo que me pasa, gracias por no querer arreglarme la vida si no te lo pido,
Por cuidar mis discos como si fuesen tuyos,
Por defenderme,
Por las “charlongas”,
Por las galletitas de agua y los fideos con queso compartidos,
Por las trasnoches,
Por los lunes a la mañana… te acordás?
Por confiar de nuevo,
Y de nuevo,
Y seguir confiando,
Por extrañarme y decírmelo,
Por indagarme para saber si de veras estoy bien a veces,
Por hablarme y aconsejarme,
O por callarte,
Por hacerme parte de tu vida,
Por tu hermandad, amistad…
Feliz Día.
