... cuando la mentira es la verdad" decía una canción del más recordado rock nacional argentino. Esa frase me deja pensando. Tal vez sea porque estamos en medio de días locos en los que la vida nos pasa velozmente, y reaccionamos a ella así, velozmente.

Y a veces todo se acumula, las broncas, el cansancio, los detalles de nuestra vida sin resolver... y todo tiene que salir de alguna manera, y a veces sale como no queremos que salga. Y cuando paramos y nos miramos, lo que vemos de nosotros mismos nos puede resultar triste, o irritante u horrible. "El mal que no quiero, eso hago", decía Pablo. Y a veces al mirarnos en un espejo distorsionado de la realidad reaccionamos de formas inesperadas; doliéndonos, encerrándonos, maltratándonos a nosotros mismos en definitiva. Es el espejo distorsionado, porque Dios no te ve así, no nos ve así.

Un querido amigo, recuperado del alcoholismo hace años, me decía sobre entregarnos al amor de Dios, en definitiva dejarnos amar. Así podremos tomar decisiones, cambiar lo que haya que cambiar y seguir adelante con el corazón "tierno". Parece tan básico verdad? Pero a veces lo olvidamos. Tan simple como dejarnos amar por Dios. Aceptar su amor, ese es el punto de partida para vernos y que nos vean de otra manera. Y regresa esa línea de la canción: "qué ves? qué ves cuando me ves?"


Un abrazo